jueves, 24 de noviembre de 2011

La paz en...¿el mundo?

En un primer momento del planteamiento de este ensayo, decidimos que íbamos a tratar acerca de la política y de su situación en la actualidad. Sin embargo, al tratar de recoger las primeras ideas, nos dimos cuenta de que era un tema que ni nos gustaba ni lo conocíamos de forma suficiente como para poder hablaros de él. Por todo ello, decidimos finalmente hablar acerca de la paz en el mundo. Con lo que no contábamos era con que un suceso nos iba a dificultar esta tarea.

(Miriam)
Isabel y Lorena estaban enfadadas. Muy enfadadas. Hasta hacía pocos minutos, se estaban tirando los trastos a la cabeza. Cualquier palabrota sonaría suave para todo lo que se estaban diciendo. Y allí estábamos, las tres, tratando de hablar sobre la paz en el mundo cuando ni siquiera había paz en aquella situación. Quería meterme bajo tierra. Trataba de lidiar en aquel horrible panorama, pero me resultaba totalmente imposible.

 (Isabel)
- Yo de verdad que no le entiendo a esta chica, siempre está igual, no sé cuándo va a aprender porque así le va ir fatal. Aunque le intente abrir los ojos, mira siempre en la misma dirección, parece que quiere tropezarse siempre con la misma piedra.  Necesito una dosis de paciencia para aguantar a Lorena porque si no me voy a volver loca y los bedeles van a tener que invitarme a salir de la universidad por romper mobiliario.

(Lorena)
- Qué mala leche… ¡qué carácter!- Y mira que la entiendo, de verdad que lo hago, pero es que… Sé que trata de ayudarme, aunque esto le cueste echarme alguna que otra bronca, pero es que tiene tan mal carácter que hace que saque yo el mío. Y ahora a aguantarla, de morros, para escribir sobre la paz. ¡Vaya paradoja!. Estamos a punto de tirarnos de los pelos, pero vamos a hablaros de lo bonito que es todo y de lo fácil que es convivir en paz. -¡Quiero matarla!- la miro con cara de odio esperando a que vea lo enfadadísima que estoy, pero, sorprendentemente, nos empezamos a reír de esta patética situación.


(Miriam)
-  No me lo puedo creer, después de tanto rato echándose cosas en cara ahora las dos riéndose. Yo intentando dar mi opinión, calmando la situación y a pesar de pagarlo también conmigo, tras las risas, desaparece la tensión que se ha producido, y al ver que la discusión parece estar solucionada, propongo hablar de ello en este ensayo.

Los seres humanos, debido a nuestra condición de seres sociales, tenemos la necesidad de los demás. Esta convivencia, si bien es siempre positiva, no es, en todos los casos, pacífica y agradable. Es más, la mayoría de las veces supone una fuente de discusiones, disgustos y reproches. Muchas veces deseamos desesperadamente estar solos, sin que nadie nos moleste, y sin tener que aguantar o tratar de entender opiniones distintas a la propia. Acabamos, en ocasiones, calificando la vida en sociedad como algo agobiante y negativo.

Sin embargo, lo que debemos pensar es que está claro que cada persona es distinta, que nunca vamos a tener la misma forma de pensar en todos los temas, el mismo carácter o la misma actitud ante las cosas; pero es precisamente eso lo que nos hace especiales y lo que hace que queramos a nuestro lado a personas, tan distintas a nosotros, que nos complementen y nos enriquezcan cada día.




                                      

                                        

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