Cuando nos propuso que realizáramos nuestra propia biografía, todos pensamos que se trataba de una tarea bastante sencilla. Sin embargo, al matizar que debía tratarse de una biografía de carácter reflexivo, personalmente pensé que me costaría mucho poder llevarla a cabo. Resulta muy complicado ordenar todo lo que me gustaría decir en sólo estas líneas. Así es que trataré de hacerlo lo mejor posible.
Nací en Pamplona el 19 de noviembre de 1991. Soy la menor de tres hermanos. Desde los 3 hasta los 17 años acudí al colegio Santa Teresa de Jesús, aquí en Pamplona. Tras realizar la selectividad ingresé en la Universidad de Navarra para estudiar un Grado en Magisterio en Educación Infantil. Es aquí donde he encontrado a los que hoy son mis mejores amigos, mi apoyo y mi mayor sustento. Actualmente me encuentro en el tercer curso; y cuando termine este grado, me gustaría realizar un master en atención a la diversidad para poder trabajar, posteriormente, en un centro de educación especial.
Quizás no sea muy acertada la brevedad con la que, en cuestión de cuatro líneas, he resumido estos 20 años; pero, si una biografía sirve para conocer cómo ha sido y es la vida de una persona, considero que realizar una reflexión en profundidad sobre la propia vida, ya no tanto refiriéndonos a hechos o experiencias, verdaderamente servirá para que usted nos pueda conocer a cada uno.
Comenzaré por describir lo que ha sido mi vida hasta los tres últimos años, para poder luego centrarme en la etapa actual. Me considero una persona muy afortunada, pues he tenido la suerte de nacer en una familia que, por muy típico que suene, no cambiaría por nada del mundo.
Tuve una infancia muy, muy feliz. Luego, con la llegada de la adolescencia, vinieron también las pequeñas crisis de autoestima y de identidad, sin embargo, pese a que, en ese momento, pensaba que aquellos eran problemas importantes, lo cierto es que no sabía lo que quedaba por llegar.
Tras ello viví unos años envidiables, en todos los aspectos de mi vida: buenos resultados académicos, grandes amigos, muy buen ambiente familiar, nuevo trabajo, primer amor, grandes expectativas, pero sobre todo, tranquilidad conmigo misma. Aún y todo, el pesimismo que siempre me había acompañado me hacía presagiar que no merecía todo esto, que era demasiado para mí. Estoy segura de que llegará un día en el que me reiré de todo esto, un día en el que me daré cuenta de que quizás nunca haya sabido valorar lo realmente importante.
Supongo que no pensaba que realizar este ensayo me iba a hacer reflexionar tanto, recordar tantas cosas y volver a recordar la sensación de este desagradable nudo en la garganta. Creo que a nadie le gusta reconocer públicamente que no se encuentra bien, pero, para qué negarlo, si este trabajo tiene como misión el darme a conocer, creo que ser honesta es la mejor vía para conseguirlo.
No me encuentro en el mejor momento de mi vida. Lamentablemente no considero que sea capaz de contar el verdadero por qué de la situación. No puedo entrar en detalles, simplemente decir que una antigua vivencia, supuestamente superada, no lo ha sido. Probablemente, cualquier persona piense que se trata de un motivo estúpido del que estoy haciendo un mundo, pero considero que en el momento en el que una persona, por cualquier problema, sea grave o no, pierde las ganas y la ilusión, es evidente que algo falla, pues considero todos los problemas son importantes en la medida en que nos afectan a la hora de seguir adelante.
Si tuviera que hacer una comparación con lo que es ahora mi vida, lo compararía con algo tan amplio como es la música, y lo haría por varios motivos. Primeramente, porque, además de tener la suerte de estar estudiando para acceder a lo que quiero dedicar mi vida por entero, que es la educación especial, puedo decir que tengo además un aliciente y una ilusión que es cantar: en este momento, mi trabajo, mi refugio, y, por siempre, mi pasión.
En segundo lugar, porque, al igual que la música es capaz de hacerte viajar en cuestión de segundos por todos los estados anímicos, de transmitir todos los sentimientos que existen; es así precisamente así como yo soy o me siento actualmente; pues me sorprende mi facilidad para pasar, en un momento, de un estado a otro sin motivos o razones aparentes.
Afrontar cada día se ha convertido en un pequeño desafío para mí. Supongo que el cansancio y algún que otro problema de salud no contribuyen demasiado, sin embargo, es cierto que tener una familia y unos amigos sencillamente perfectos hacen que pueda sobrellevar la situación mucho mejor, pues me recuerdan cada día que tengo miles de motivos para ser feliz y me dan la fuerza necesaria como para luchar, aunque me cueste un poco, para volver a ser la chica alegre y risueña que era. En este aspecto, me considero una chica enormemente afortunada, ya que son todos ellos el motivo que hace que, pese a esta mala etapa, no quiera siquiera plantearme por un segundo cambiar mi vida por la de cualquier otra persona. Si a través de este ensayo desnudo mi vida, qué menos que dejar unas líneas a los que me dan la fuerza, la luz y las ganas para afrontarla.
Estoy segura de que llegarán tiempos mejores, pero considero también que son las experiencias negativas las que te hacen crecer, que lo importante de los errores es aprender de ellos, y que todo lo que pasa, pasa por algo. Puedo afirmar que, si algo positivo puedo sacar de todo esto es que me he demostrado a mí misma que, a pesar de todo, soy más fuerte de lo que creía, que voy a salir de esto, que la vida es un regalo, con todo lo bueno y con todo lo malo, y que merece la pena luchar para ser feliz.
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